La dislalia es una de las dificultades más comunes en el habla infantil y se refiere a la incapacidad para articular correctamente ciertos sonidos o palabras. Esta condición puede afectar la pronunciación de letras específicas como la “r”, “s” o “l”, y aunque suele ser frecuente en los primeros años, cuando persiste puede interferir con la comunicación y la autoestima del niño.
Introducción


¿Qué hace la terapia de lenguaje en estos casos?
- Evaluación inicial: El terapeuta identifica qué sonidos son problemáticos y las posibles causas, que pueden incluir factores físicos (como problemas en la lengua o el paladar) o hábitos adquiridos.
- Ejercicios de motricidad oral: Se utilizan actividades que fortalecen los músculos de la boca, lengua y labios, esenciales para una pronunciación clara.
- Prácticas específicas: Se enseña al niño cómo colocar los órganos articulatorios para producir los sonidos correctamente. Por ejemplo, aprender a colocar la lengua en la posición adecuada para pronunciar la “r”.
- Refuerzo positivo: Durante las sesiones, el terapeuta utiliza juegos, canciones y dinámicas lúdicas para que el niño disfrute del proceso y se sienta motivado.
- Seguimiento en casa: Los padres reciben recomendaciones para practicar con el niño en casa, lo que acelera los resultados.
Con paciencia y trabajo constante, la mayoría de los niños logran superar la dislalia y comunicarse de manera clara y efectiva.
¿Tu hijo tiene dificultades para pronunciar ciertos sonidos? Agenda una evaluación con nuestros especialistas y dale el apoyo que necesita.
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